lunes, 11 de agosto de 2008


LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS DE UN PUEBLO DE 20.000 HABITANTES LLAMADO VILA-SECA.

Como ciudadano de Vila-seca y socio fundador de los Clubes de Atletismo y Voleibol de Vila-seca, me veo en la obligación moral de manifestar que la política deportiva llevada a cabo por el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Vila-seca, ha sido, es y mucho me temo que será nefasta, basada principalmente en promesas incumplidas, pésima gestión y deficientes instalaciones. Ningún Club deportivo de Vila-seca, es capaz de criticar públicamente las malas y deficientes instalaciones de nuestro municipio, presuntamente por las coacciones y trato imposible con el ayuntamiento si se diera el caso. Pero sólo hay que echar un vistazo a las principales instalaciones existentes para darnos cuenta de que es indefendible el buen funcionamiento de muchas de ellas.
Tenemos un pista de atletismo, en la que no se puede competir porque desde su construcción no tiene las medidas reglamentarias, por lo que no se puede celebrar ningún tipo de campeonato.
El campo de fútbol, que desde hace 8 años vienen prometiendo césped artificial, por no hablar de las gradas, bancos, papeleras, zona ajardinada, todo ello deprimente. La pista del velódromo de ciclismo que su pavimento, o lo que queda de él, por supuesto no reúne ni la más mínima condición, no sólo para competir, es que ni para el entrenamiento.
El pabellón municipal, saturado para el desarrollo de calidad de todas las actividades que se realizan en su interior y el mantenimiento brilla por su ausencia.
Las piscinas municipales, las cubiertas, en manos privadas, las descubiertas, tanto las situadas en el campo de fútbol, como en La Plana, sólo aprovechadas en verano, cuando se podian haber instalado unas carpas móviles y realizar en ellas actividades todo el año, además de las diferencias de precios entre una y otra.
El Campo de Tiro, instalaciones que están deterioradas, sucias y abandonadas, que sólo sirven para realizar comilonas, y todo porque desde su construcción no tenian suficiente terreno municipal para cumplir las normas de seguridad, así que los deportistas de Vila-seca que practican este deporte se tienen que desplazar a los pueblos vecinos.
Dicho esto, creo que queda claro que Vila-seca no es ningún ejemplo para la práctica de los principales deportes que cuentan con muchos seguidores en este municipio y debido a sus pésimas instalaciones no pueden practicar al lado de su casa, teniendo que desplazarse en muchas ocasiones varios kilómetros para realizarlos en otro municipio.


ANTONIO RUIZ MARCHANTE

¿PARA QUE NOS SIRVEN A NOSOTROS LAS CÁMARAS DE COMERCIO?


EL IMPUESTO DE LA CÁMARA DE COMERCIO



Las empresas pequeñas y autónomos, nos preguntamos para qué sirve realmente la cuota obligatoria que cada año nos obliga a pagar la Cámara de Comercio, y digo nos obliga, porque si nos negamos a pagarla en el plazo “voluntario”, nos la cobran mediante Hacienda. Dicho esto, no cabe pensar, más que se trata de un impuesto, y si es así, ¿para qué sirve? ¿en qué se gasta? ¿en carreteras..., en hospitales...., escuelas..., servicios sociales..., ayudas a las microempresas, pymes o autónomos, que tanta falta nos hacen?, pues parece ser que no, por mucho que comentemos entre pequeñas empresas y autónomos, de distintas formaciones y profesiones, nadie sabe para qué y de qué manera se utiliza este impuesto o esta cuota. No queremos pensar que también vaya a parar como ayudas a las grandes empresas, que son las únicas que las reciben, parece ser.

Así pues, me gustaría saber que gobierno tuvo la desfachatez de saltarse el derecho que constata la Constitución, para elegir libre y voluntariamente a qué organización quiere pertenecer cada empresa o autónomo, e imponernos este impuesto o cuota, que nadie a elegido y que no sabemos ni nadie nos explica, su verdadero fin.

Aprovechamos estos momentos de tira y afloja entre los grandes partidos políticos mayoritarios, que sólo hablan de rebajar impuestos, a los que más tienen, por cierto, para decirles que podian empezar por hablar, no sólo de rebajar, si no de hacer desaparecer esta cuota obligatoria, y la posterior persecución de Hacienda, y dejarnos ejercer nuestro derecho constitucional, de elegir con libertad si queremos o no, pertenecer a la Cámara de Comercio.




ANTONIO RUIZ MARCHANTE